El concepto de mentalidad del crecimiento ha cobrado importancia en las aulas, los campos de juego y los lugares de trabajo desde que Carol Dweck, profesora de psicología de la Universidad de Stanford, introdujo el concepto en su libro de 2006, Mindset: The New Psychology of Success.
El director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, ha exaltado las virtudes de una mentalidad del crecimiento y la ha puesto en el centro del cambio que impulsa en la cultura corporativa del gigante tecnológico.
El hackathon anual de Microsoft es un ejemplo de la mentalidad del crecimiento en acción. Allí, los empleados con una idea (un hack) tienen la oportunidad de formar un equipo para desarrollar un plan de negocios y lanzar la idea a nivel de toda la empresa. Los ganadores reciben financiación para desarrollar sus proyectos y algunos pasan a roles de liderazgo, incluso si no tienen antecedentes en gestión.
Entonces, ¿qué es exactamente una mentalidad del crecimiento y por qué las empresas intentan cultivarla?
Las personas con una mentalidad del crecimiento creen que pueden desarrollar sus habilidades si muestran dedicación, trabajan arduamente y aprenden de los demás y de sus errores. La inteligencia y el talento sin duda juegan un papel, pero son solo el comienzo; el resto depende de ellos.
En cambio, las personas con una mentalidad fija perciben el talento como un dote innato: lo tienes o no lo tienes. Estas personas dedican su tiempo a demostrar sus habilidades en lugar de trabajar en mejorarlas.
Las personas con mentalidades de crecimiento logran más que aquellas con una mentalidad fija, de acuerdo con Dweck, que ha extendido su trabajo de los individuos a las organizaciones.
Una investigación realizada por Dweck y tres colegas, Mary Murphy, Jennifer Chatman y Laura Kray, en colaboración con la consultora Senn Delaney sugiere que las empresas con mentalidades de crecimiento tienen empleados más motivados y una cultura más innovadora y arriesgada.
Su investigación, que se basa en una muestra de empleados de siete empresas de las Fortune 1000, analizó cómo la mentalidad de una empresa influye en el nivel de felicidad, el trabajo en equipo, la innovación y la conducta ética de los trabajadores.
También exploró cómo afecta la forma en la que los supervisores perciben a sus empleados (los calificaban como más innovadores, colaboradores y comprometidos a aprender, y a la vez tenían mayores probabilidades de decir que tenían potencial para tareas gerenciales).
El equipo descubrió que los empleados que trabajaban en empresas con mentalidades de crecimiento confiaban más en sus empresas y tenían un mayor sentido de responsabilidad por sus trabajos.
También tenían 34% más probabilidades de sentir un compromiso con el futuro de la empresa. De hecho, los empleados de empresas con una mentalidad fija se mostraron más interesados en abandonar sus empresas.
Los empleados de empresas con una mentalidad de crecimiento se mostraron 65% más de acuerdo en que sus empresas apoyan la toma de riesgos y 49% más de acuerdo en que sus empresas fomentan la innovación.
“Cuando empresas enteras adoptan una mentalidad de crecimiento, sus empleados informan sentirse mucho más fortalecidos y comprometidos; también reciben mucho más apoyo de sus organizaciones para la colaboración y la innovación”, opina Dweck en un artículo para Harvard Business Review.
“En cambio, las personas que trabajan en empresas con una mentalidad más bien fija informan mayor cantidad de una sola cosa: trampas y engaño entre los empleados, presumiblemente para obtener una ventaja en la carrera por el talento”.
Información cortesía de World Economic Forum
No hay comentarios:
Publicar un comentario