Dr.
Rubén Darío Velásquez E.
Ortopedista
La
osteoporosis es una enfermedad que se presenta de manera silenciosa afectando a
personas de la tercera edad. También se presenta en otras poblaciones con
condiciones médicas específicas como las mujeres con menopausia precoz,
pacientes que dependen de fármacos esteroideos, quienes se han sometido a cirugía bariátrica y algunos que presentan
ciertos trastornos hormonales.
Además
de los factores mencionados anteriormente, esta enfermedad se favorece por el
bajo peso, sedentarismo, tabaquismo y alcoholismo, que son factores
controlables y prevenibles.
La
osteoporosis se manifiesta con fracturas
que conllevan serios problemas de morbilidad, limitaciones funcionales marcadas
y altos montos de inversión en tratamientos para el paciente, la familia y el
mismo Estado. Las fracturas por fragilidad –que es el término que se utiliza en
estos casos- son las de vértebras, caderas, radio distal, húmero proximal,
costales, entre otras.
Estas
son fracturas cuyo mecanismo de trauma no requieren de alta energía, por el
contrario, se asocian a traumas leves como la caída desde la propia altura del
paciente mientras camina, la caída desde una silla estando sentado, o bien
caídas en el baño utilizando el sanitario o resbalando en la tina al momento de
bañarse.
Comparación de un hueso sano y uno con osteoporosis
Las
fracturas, desafortunadamente en su mayoría, son de tratamiento quirúrgico con
todos los riesgos y complicaciones que éstos conllevan sin dejar de tener en
cuenta los altos costos económicos.
Hasta
un promedio de 30 años, las personas ganan mineralización ósea. A partir de
esta edad, hay pérdida de ésta junto con el aumento de la edad. En el caso de
las mujeres, esta pérdida de mineralización se acentúa por el efecto hormonal
propio de la menopausia al experimentar descenso en los niveles de estrógenos.
Por
recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la
International Osteoporosis Foundation (IOF), se deben hacer mediciones de la
densidad mineral ósea (DMO) en todas las mujeres mayores de 65 años y en los
hombres mayores de 70 años. Hay excepciones en las que se deben hacer estas
mediciones a pacientes más jóvenes de acuerdo a los factores de riesgos que
puedan presentar y que previamente detallamos en este artículo.
Dr. Rubén Darío Velásquez E.
En
los casos de pacientes que presentan fracturas por fragilidad, el especialista
debe estar atento al realizar el diagnóstico de osteoporosis y el tratamiento
correspondiente.
Para
efectos de diagnóstico, además de la medición de DMO, existe una serie de
pruebas de sangre y orina que pueden ayudar para este propósito. Con estas
pruebas se puede medir el nivel de calcio, fósforo, vitamina D, fosfatasa
alcalina, paratohormona y otros indicadores.
En
lo que respecta al tratamiento, existen una serie de medicamentos que nos
ayudan a la formación (anabólicos) y a evitar la reabsorción ósea
(antirresortivos), que aumentarán la calidad ósea tratando de prevenir la
presentación de futuras fracturas. La incidencia de la segunda fractura por
osteoporosis es muy alta en el adulto mayor, lo que conlleva grandes riesgos
para su vida.
En
lo que respecta a la prevención en esta población, es importante poner atención
en la alimentación adecuada, los suplementos de calcio y vitamina D, el
ejercicio, recibir Sol con regularidad, evitar las caídas o factores que puedan
causarlas y las valoraciones médicas del caso.
No
descuidemos a nuestros adultos mayores. Tomemos las precauciones necesarias y
estemos pendientes de sus valoraciones después de las fracturas.
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