Richard
Ordoñez Uribe | Revista SOMOS CR
Este
mes de setiembre habrá un cambio importante en el paisaje del centro de la
capital, concretamente en la Avenida Central, entre Calles 1 y 3. Librería
Lehmann dejará el emblemático edificio que por espacio de 103 ha ocupado. Lo
que muchos no saben, es que esta situación no se da únicamente por motivos
comerciales, sino que tiene un trasfondo histórico que data desde uno de los
capítulos más tristes que ha vivido la humanidad, la Segunda Guerra Mundial.
“Por
motivo de especulaciones, se aclara al público en general, que Librería Lehmann
ha de celebrar este 123 Aniversario de una manera muy diferente esta vez; se ha
decido dejar atrás la historia con su conocido edificio en el Centro de San
José sobre la Avenida Central, a escasos 150mts de Teatro Nacional. Dicho
edificio lo construyeron entre 1916 y 1917 y, desde entonces, solo la empresa
Librería Lehmann lo ha usado y mantenido en perfectas condiciones hasta el día
de hoy.
Hoy,
103 años después de haberlo inaugurado, se prepara la empresa para su desalojo
y traslado parcial a la parte posterior del otro edificio adjunto, el cual
tiene entrada y salida por la Calle 3, al costado Oeste del Edificio Omni. Esta emblemática edificación se deja de usar
por razones meramente históricas; la explicación tiene sus detalles y éstas se remontan
a los inicios de la década de los cuarentas, cuando se desarrollaba la Segunda
Guerra Mundial“, indicó Antonio Lehmann Gutiérrez, propietario de Librería
Lehmann.
Compra de la propiedad y traspasos
Compra de la propiedad y traspasos
Librería
Lehmann, después de cumplir sus primeros 20 años de existencia en otras
localidades, cuando el Sr. Federico Sauter era el Administrador de la empresa,
y presidida por don Antonio Lehmann Merz, adquirió por medio de un préstamo, el
edificio que hoy igual que ayer, tiene su entrada por Avenida Central, en el
centro de la capital. Adicionalmente, se gestionó otro crédito para
las remodelaciones del mismo. Este sería el inicio de una historia centenaria
ligada al desarrollo cultural y educacional del país.
Según
explica su actual propietario, Antonio Lehmann Gutiérrez, ante la restricción que
tenían los alemanes de poseer propiedades en el período entre y durante las guerras
mundiales, la sociedad decidió traspasar la titularidad de dicha propiedad al
Padre Enrique Kern en el año 1933, con el propósito de que él la custodiara.
“Tras
la declaratoria de guerra, durante la II Guerra Mundial, de parte de Costa Rica
a Japón, Alemania e Italia emitida por el propio Expresidente Dr. Rafael Ángel Calderón
Guardia para fines de 1941, se procedió consecuentemente con actos injustos
para muchas familias, tanto asi para costarricenses nacidos en Costa Rica pero
con vínculos alemanes, como para los alemanes, italianos como también para
japoneses (con excepción de algunos que lograron evadir dichos mandatos). Como
parte de esta medida, fueron deportadas familias enteras como la Familia
Lehmann, quienes tuvieron que estar fuera de Costa Rica hasta su regreso en
1946. Durante este tiempo, en el caso concreto de la Familia Lehmann, tuvieron
que dejar sus patrimonios a cargo de terceros, mientras estas familias fueron
trasladadas al Sur del Estado de Texas en Estados Unidos, específicamente a la
pequeña y remota ciudad en Crystal City, donde fueran recluidos a un campo de concentración
hasta fines de 1946”, indicó Lehmann.
Según
cuenta don Antonio, el propio Padre Kern, para 1941, antes de ser deportado
como otros compatriotas suyos, a dicho campo de concentración en Texas, logró traspasar
tal propiedad a nombre de la Sra. María Ramírez Sáenz, una joven que le trabajaba
realizando oficios de limpieza en la propia Sacristía Alemana.
Ya
al finalizar la II Guerra Mundial, el padre Kern logró regresar a Costa Rica y obtiene
de la Sra. Ramírez la titularidad de la propiedad nuevamente. Hasta este
momento de la historia, se mantenía la intención de regresarle a la Familia
Lehmann dicho patrimonio que tanto les costó forjar.
Para
cuando el Padre Enrique Kern fallece años después, en 1951, deja como heredera
de dicha propiedad a la Sra. María Ramírez Sáenz nuevamente. “Según los
documentos que pude obtener investigando en las actas del Registro Nacional, al
momento de realizarse el proceso sucesorio por la muerte del Padre Enrique
Kern, la Sra. María Ramírez Sáenz tendría el usufructo vitalicio del mismo, pero al fallecer ella, la propiedad pasaría a
nombre de una Fundación llamada Fundación Monseñor Kern, donde se indica
claramente que ésta no podría ser vendida. Esta fundación estaría administrada
por el Hogar de Ancianos Carlos María Ulloa”, indicó Lehmann Gutiérrez.
Con
base en la documentación que el Sr. Lehmann Gutiérrez tiene en su poder, entre
1951 y 1979 Librería Lehmann se pudo congeniar los intereses económicos y se trabajó
con “normalidad” bajo el entendido de que la propiedad estaba a nombre de la
Sra. Ramírez, a la cual se le reconocía económicamente por tener esta en
custodia.
“Para
inicios de 1979, Don Antonio Lehmann Struve, mi padre, recibe un primer contrato
emitido por el Hogar de Ancianos Carlos María Ulloa indicando que se tenía que aplicar
un alquiler por el uso del inmueble. Ya para 1985, es confrontado nuevamente
con un nuevo contrato por un monto mucho
más elevado y para 1996 éste llega a triplicarse. Luego, el nuevo monto se
duplica”, agregó.
Según
cuenta don Antonio Lehmann Gutiérrez, Don Antonio Lehmann Struve decide no
responder considerando que era un aumento muy desconsiderado y para el año 2000
éste decide pronunciarse por medio escrito dentro del proceso judicial. Por
medio de dos misivas, explica y deja entrever en detalle lo que sucedió con
dicha propiedad desde el origen de la empresa hasta ese momento.
En
medio de dicho proceso, don Antonio Lehmann Struve propuso a los propietarios del Hogar de
Ancianos Carlos María Ulloa un intercambio de propiedades entre el mencionado edificio
en la Avenida Central por una propiedad localizada en la Ribera de Belén, para
trasladar parte de la operación del Hogar de Ancianos “a un sector con mucho mejores
condiciones ambientales y en un entorno totalmente diferente al actual”. Dicha
propuesta no progresó y la situación derivó en un juicio que se llevaría a cabo
entre los años 1999 y 2001.
Al
respecto, se hizo la consulta que corresponde a la Administración del Hogar de
Ancianos Carlos María Ulloa. La Licda. Sonia Valerín comentó sobre este tema en
las declaraciones que se detallan a continuación.
“En
realidad, nosotros no tenemos un texto o conocimiento para apoyarnos y decir
qué fue lo que pasó. Lo que sabemos es lo que don Antonio nos ha contado.
Ninguno de los integrantes de la actual Junta Directiva tiene conocimiento de
las condiciones en las se realizaron los traspasos. Lo que se cuenta es que
cuando se dio la II Guerra Mundial y Costa Rica le declara la guerra a
Alemania, sacaron a los alemanes de Costa Rica, después de esto fue que la
edificación se le dio al hogar de ancianos. Realmente no sabemos en qué
condiciones, lo que sí tenemos claro es que el Hogar de Ancianos Carlos María
Ulloa es el dueño de la edificación”, indicó.
Sobre
el mantenimiento de la edificación, se han realizado trabajos y reparaciones a
lo largo de los últimos años. Librería Lehmann ha corrido con esos gastos
porque, según indica Valerín, no hubo buena coordinación para efectos de
definir el monto del que se haría responsable el propietario legal de la
edificación y, agrega, hay gastos a los que ellos no podrían hacer frente.
Valerín
comentó además que el hogar de ancianos cuenta en la actualidad con una
población de 220 adultos mayores con poblaciones de distintas condiciones
socioeconómicas. Sobre las condiciones en las que se encuentra la relación
contractual con Librería Lehmann, Valerín se refirió también a ese punto.
“Tenemos
un finiquito entre ambas partes en el que se acordó que la empresa dejaría la
edificación en el mes de setiembre. Este finiquito se da porque no nos pusimos
de acuerdo en un monto por el alquiler del local”, agregó.
Librería Lehmann, Patrimonio
Arquitectónico y Cultural de Costa Rica
En
el año 1999, la fachada de la Librería Lehmann que da a la Avenida Central, por
su estilo y belleza colonial, fue distinguida por medio de un reconocimiento
bien merecido, no solamente por la estética que esta guarda aun en la
actualidad, sino por el cuidado y mantenimiento con el que la familia Lehmann
ha protegido dicha edificación por tantos años.
Adicionalmente,
para el año 2016, este edificio fue declarado Patrimonio Arquitectónico y
Cultural de Costa Rica según Decreto 39809-C. Obtienen
esta categoría el conjunto de bienes y expresiones culturales que se han
recibido de los antepasados y que atestiguan las relaciones de los seres
humanos. Esta declaración aclara, que esta designación impide
que dicha edificación pueda demolerse o cambiar su estructura.
Un
detalle técnico importante es que la edificación de Avenida Central, según
indica don Antonio Lehmann Gutiérrez, no posee instalaciones propias que le
permitan alimentarse de servicios esenciales como son el agua o luz eléctrica,
y no tiene baños. Estos servicios provienen del edificio adjunto que Librería
Lehmann adquiriera en el año 1938 cuya entrada se encuentra por calle 3. Es
decir, al independizar ambas propiedades, el edificio de Avenida Central se
quedaría sin servicios básicos, lo que implicaría una remodelación no solamente
del inmueble sino también de trabajos al exterior del local para hacer llegar
dichos servicios, pasando dicha instalación, probablemente, por la Avenida
Central.
Ante
esta situación, el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio
Cultural de Costa Rica, cuyas oficinas centrales se encuentran exactamente al
frente del local que aun hoy ocupa Librería Lehmann, se pronunció.
“La obligación legal (Ley 7555 Patrimonio
Histórico Arquitectónico de Costa Rica) del Centro de Patrimonio Cultural es
asesorar a los propietarios de los inmuebles con declaratoria sobre las
intervenciones que deseen hacer a estos edificios procurando la protección del
patrimonio, así como el debido uso de estos inmuebles, por lo tanto, existe la
mejor disposición para valorar permisos para conectar el agua, la electricidad
y construir una batería de servicios sanitarios, ya que, de lo contrario, el
edificio no podría ser ocupado y quedaría en abandono, lo que es claramente inconveniente
para su adecuada conservación. Por lo demás, habrá que esperar a que ingrese la
solicitud del permiso correspondiente para emitir criterio sobre lo planteado,
procurando siempre su adecuada conservación”, indicó la respuesta
enviada por su Departamento de Relaciones Públicas.
Inversión en alquiler, arreglos y un
nuevo comienzo
Según
don Antonio Lehmann Gutiérrez, siempre se ha invertido mucho dinero en
mantenerlo “tal cual como si fuera todavía de la propia empresa. Sumado al
aumento escalonado por concepto de alquiler, se hace económicamente
insostenible la permanencia en tan emblemático inmueble, más ahora que la
situación se tiene más regulada y limitada que antes, por haber sido declarada
esta edificación como Patrimonio Cultural”. Este edificio ha sido testigo
principal de cómo Librería Lehmann se desarrolló y se convirtió en la empresa
pujante y dinámica que hoy es.
Don
Antonio Lehmann Gutiérrez aclara que
Librería Lehmann a partir de mediados del mes de setiembre, precisamente alrededor
de la fecha de la Independencia de Costa Rica, “dará un nuevo paso al
independizarse del antiguo edificio” para enrumbarse a una nueva etapa. Será
por Calle 3 su único ingreso (150 mts. al Norte del Teatro Nacional) y se
mantendrán todos los departamentos en dicho edificio de cinco pisos, por lo que
no se espera que haya afectación alguna en los servicios prestados.
“Nos
duele muchísimo dejar el edificio de Avenida Central porque se convirtió en uno
de los íconos arquitectónicos y culturales del propio país. Son situaciones que
están totalmente fuera de nuestro control, esta nueva etapa será todo un nuevo
reto, un nuevo renacer y una reinvención para todos en la organización.
Por
otro lado, como situación de fondo, este puede ser un potencial impulso para
que se valore real, crítica y formalmente el cierre de un ciclo de un ´estado
de guerra´ que inició en el año 1941 y que a la fecha no se ha tenido ningún
interés en cerrarlo por parte de los diferentes Gobiernos en estos 70 años. Costa
Rica es mundialmente conocido como un país de paz, de justicia y de democracia,
sin fuerza militar, una nación que se proclama una de las más felices del mundo
con el lema de ser “pura vida”, pero se merece tener concluido este capítulo en
su historia; no es posible seguir así, postergando por más generaciones el
acuerdo formal de paz con estos tres países. Esta declaración afectó los
derechos humanos de cientos de familias muy trabajadoras y ejemplares para este
país. En las últimas décadas, en el mundo se ha hablado mucho de los estragos
de las guerras y de sus resarcimientos, creo que Costa Rica debería sumarse a
esto”, indicó
El
contexto histórico del que hace referencia esta nota se puede evidenciar
también en la obra de las historiadoras Gertrud Peters S. y Margarita Torres H., LAS
DISPOSICIONES LEGALES DEL GOBIERNO COSTARRICENSE SOBRE LOS BIENES DE LOS
ALEMANES DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, y la obra del actual Presidente
de la República, Carlos Alvarado Quesada, LAS
POSESIONES, editada con URUK Editores en 2012, donde en las que se resaltan
los aspectos y experiencias lamentables de familias ejemplares de la época.
Es
muy impresionante lo desconocido y sufrido por tantas familias durante esos años,
detenidos en instancias muy lejanas, en localidades diferentes a sus propias casas
y por tanto tiempo, descuidando así totalmente sus patrimonios. Sus derechos humanos fueron desconocidos, fueron detenidas
injustamente contra su voluntad más nunca se les reconoció estas pérdidas, pérdidas
por algo que ellos nunca fueron ni los causantes pero sí fueron los culpados”, finalizó
don Antonio.
¿Costa Rica aún se encuentra en Estado
de Guerra?
Sobre
la situación histórica que marcó la declaración de guerra que Costa Rica hizo
hacia Alemania, Japón e Italia, se realizó la consulta a José Joaquín Chaverri,
Exembajador de Costa Rica en Alemania, sobre las situaciones que tuvieron que
vivir ciudadanos alemanes y costarricenses descendientes de alemanes en los
eventos relacionados a la II Guerra Mundial.
“Varias
familias alemanas fueron expulsadas y otras permanecieron en el país. Es
importante que se conozca sobre este tema porque es parte de la historia de
Costa Rica. Hubo familias que perdieron varias fincas y empresas. Esto por
supuesto que fue injusto, fue una expoliación de la gente, les quitaron todo.
Fue absurdo también que le quitaran a costarricenses sus propiedades solo por
tener vínculos familiares con alemanes; hubo presión internacional no solo en
Costa Rica sino en muchos otros países. La historia se tiene que saber
completa, para que las injusticias no se repitan”, comentó Chaverri.
Además
indicó que dicho estado de guerra finalizó posterior a la culminación de la II
Guerra Mundial y las relaciones diplomáticas entre ambas naciones retomaron la
normalidad.
Se
solicitó la posición oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores en cuanto
a la fecha y condiciones en las que se dio cese al estado de guerra que se
desarrolló desde 1941 entre Costa Rica y los tres países previamente mencionados, hasta
finalizar la II Guerra Mundial. Sin embargo, por lo antiguo del tema y la
complejidad del mismo, no se logró consignar dicha posición en este reportaje,
por temas de cierre de edición.
En la actualidad, los gobiernos de Costa
Rica y Alemania desarrollan una relación bilateral basada en la cooperación
mutua para el desarrollo de diversos proyectos, entre los más recientes, un acuerdo de cooperación judicial entre ambas naciones, que
aceleraría y facilitaría el manejo de los casos que involucran a ambos países.
Lo que muestra que el triste episodio que inició a mediados del Siglo XX quedó
en la historia, pero no así algunas secuelas que algunas familias alemanas aun
padecen a raíz de los efectos colaterales de la declaración de guerra antes
mencionada.
Con la
Constitución Política de 1949 se eliminó la posibilidad de que nuestro país
pueda declararle la guerra a otro y, posteriormente, el Gobierno dictó la
neutralidad ante este tipo de conflictos a nivel internacional. De esta forma,
Costa Rica seguirá haciendo honor a su cultura pacífica no involucrándose en
este tipo de eventos militares.
Me parece vergonzoso que aún a estas alturas se estén cometiendo injusticias contra ciudadanos Costarricenses de descendencia Alemana. Lo justo es lo justo y aquí claramente se cometió una injusticia de primera orden!
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ResponderEliminarQué horror y qué vergüenza que la Iglesia Católica se hiciera "el gato bravo" con una propiedad que les fue dejada en custodia y que el mencionado sacerdote tuviera el atrevimiento, ya estando de regreso sus legítimos dueños, de dejarle la propiedad en usufructo a una mujer a la que simplemente habían usado como testaferro dada la confianza o cercanía con el sacerdote.
ResponderEliminarEl asunto está todo mal desde el inicio, pero si la Iglesia tuviera el menor decoro y en nombre de la justicia, devolvería esa propiedad a sus legítimos dueños.
De todas maneras, el Carlos María Ulloa no va a poder darle el mantenimiento necesar>o y terminará siendo un cascarón más,símbolo de la ceguera e incultura de nuestra sociedad!. Tuve la fortuna de descender de inmigrantes Españoles y no Alemanes, pero venimos todos de familias honorables y trabajadoras, llegadas a finales del Siglo XIX buscando un mejor futuro y que plantaron sus raíces profundamente en este país.
Me indigna profundamente esta situación!
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EliminarEstimada persona, ¿quién dice que está a nombre de la Iglesia? Le invito a leer de nuevo
EliminarLo justo sería que el hogar de ancianos regrese el inmueble a sus reales dueños. Hay mucha evidencia histórica como para que sólo digan que no conocen de dichos hechos.
ResponderEliminarque vergüenza me da toda esta historia, que la junta directiva del Carlos Maria Ulloa y la Iglesia Catolica se hagan los locos con el asunto, no les da ni vergüenza decir que ni saben de lo que paso sabiendo perfecta mente que dicho edificio perteneció siempre a la familia Lehman. Ahora dicho edificio pasara a ser otro tugurio espantoso en la Avenida Central. Porque los buchones del Carlos Maria Ulloa no van a tener los recursos para su mantenimiento y lo van a dejar que se deteriore cada día mas. Me duele mucho por la familia Lehman que ha dado tanto a este país , que aun en estos tiempos sean tratados con tanta discriminación , el gobierno debería interceder y devolverles dicha propiedad, no solo por el bien de la familia, sino por el de todo Costa Rica.
ResponderEliminarDefinitivamente, un grave error histórico, que debe corregirse, buscando la forma de restituir esa propiedad a sus dueños originales, sin excusas. Pero tengo una pregunta ¿por qué tiene que salir con la Iglesia Católica? Nadie ha mencionado a la Iglesia en el asunto. ¡Que manía de culpar a la Iglesia!
EliminarMuy lastimoso lo sucedido, debió darse una indagatoria en base a los registros históricos que dieron base a lo sucedido pero en fin, en éste país de paz y democracia siempre gana el vivaracho que se quiere aprovechar de la situación por ser un país 3er mundista en el que cada quien mata para tener su pieza de pan.
ResponderEliminarDebería continuar la Librería Lehman, quienes han demostrado capacidad para dar mantenimiento al edificio. No creo que una organización de bien social tenga la capacidad para sostenerlo como lo tienen hasta ahora.
ResponderEliminarYo único que diría que el que salió perdiendo el el Asilo, es mejor pájaro en mano que cien volando... Esa entrada de dinero la pierden y quién va a pagar por ese edificio donde de entrada le tienen que hacer mejoras? Obviando claro está todo el marco histórico que con lleva esta situación.
ResponderEliminarEn Costa Rica todos tratar de sacar provecho al maximo de los demas! Esto no es nuevo, mira al sector publico aprovechandose del pueblo y llevando al pais a las ruinas.
EliminarY que tal si todos los costarricenses se unen, son mas solidarios para que estas injusticias no sigan pasando. Y tambien levanten la voz contra el sector publico que esta llevando a la quiebra a Costa Rica. Hay mucho que se puede lograr con la unidad y buena fe.
ResponderEliminarMuy buena propuesta, pero por ejemplo cuando algunos se unen, el resto los califica de vagos, alborotadores, izquierdistas, comunistas, parásito, etc, etc, etc.
EliminarQue lastima que esto suceda yo trabajé ahí con mucho cariño y respeto me brindaron conocimientos y experiencia. Lamento que un lugar denominado patrimonio arquitectónico se deje en el abandono por que a eso llegará. Así es todo aquí lo que no es para mí provecho no es para otros que dolor.
ResponderEliminarPero don Antonio seguiremos visitando dónde estén. Gracias por su atención con cada costarricense.
Sí le digo a éstos señores del Asilo de ancianos, sí con el alquiler hasta ahora no han podido hacer mayor cosa, menos sin percibir el alquiler. Porque creo que lo que les da la junta de protección no les alcanza.
lamentablemente en costa rica las injusticias están a la orden del día desde aquellos tiempos, el gobierno debio dejar en custodia los bienes de las personas deportadas mientras se resolvia su situación, pero la ambición siempre priva en estas situaciones y se cometen estas injusticias como con la familia Lehmann, verguenza ajena me da la actitud de los directivos del carlos maria ulloa y la iglesia catolica que en su afan de apoderarse de las cosas no se inmutan en tomar lo ajeno contrario a lo que promulgan,
ResponderEliminarentonces como es la vaina?
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣 Qué tiene que ver la Iglesia Católica? Lea el artículo unas tres veces más a ver si entiende
EliminarEl Sr Lehmann está muy equivocado en su cuento.
ResponderEliminarEl padre no pudo estar en Cristal City, ya ese era un campo de concentración para familias. El padre estuvo en otro para solteros.
El Sr. Federico Sauter no era administrador. Fue dueño. Tan asi que en el propio edificio se leia Sauter & Co. Eso lo mandó a borrar el padre del Sr Lehmann hace unos 20 años.
Tiene problemas de comprensiòn de lectura, lo que usted esta interpretando està errado. Lea nuevamente, para que se aclare.
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