lunes, 28 de octubre de 2019

“Siempre tuve claro que yo no era un cáncer”



Richard Ordoñez Uribe | Revista SOMOS CR

Hace siete años, Lussania Víquez Alfaro, presentadora de radio y televisión, recibió una noticia que cambió su vida marcando un antes y un después. El cáncer de mama que se le diagnosticó en etapa uno fue el inicio de una serie de tratamientos pero también de enseñanzas de vida que Lussania hoy valora porque convirtió un padecimiento en una misión.

En la siguiente entrevista, Víquez nos cuenta cómo vivió el proceso y comparte un testimonio de vida que será de utilidad tanto para las personas que están enfrentando al cáncer en este momento como para sus familiares y amigos.


 ¿Cómo se dio cuenta que tenía cáncer de mama?
Me doy cuenta porque en un autoexamen me siento una pelotita muy pequeña que podría ser de unos 8 milímetros. Fui al médico para hacerme un ultrasonido y me dijeron que era nada, luego noté que seguía creciendo y fui nuevamente pero el diagnóstico fue el mismo, me dijeron que podía ser grasa y que tomara vitamina E para que se deshiciera, pero la pelotita se hacía cada vez más grande. Mi familia y amigos me decían que fuera nuevamente al médico pero yo no quería parecer hipocondriaca más aun cuando ya había ido y hasta una biopsia me habían hecho. Yo tenía 25 años, siempre había llevado un estilo de vida saludable y no tenía antecedentes familiares. Todo tenía que estar bien.

Resulta que decidí ir nuevamente a consulta y la doctora me refirió a un oncólogo. En ese momento, ni siquiera sabía qué era un oncólogo. Me hicieron un examen y nunca se me va a olvidar el diagnóstico: “Sospechoso por malignidad mas no concluyente”. Volvieron a hacer el examen y efectivamente salió que era cáncer en primer grado. Esto sucedió en el 2012 y yo ya tenía 26 años.

¿Cuál fue su primera reacción cuando le confirman que tiene cáncer?
No fue como mucha gente podría pensar. No pensé que me iba a morir. En realidad quería que el proceso fuera rápido porque yo estaba aplicando a un nuevo trabajo. Nunca lo vi como un sinónimo de muerte, al menos en ese momento. Pero cuando me despierto de la operación, me indican que el proceso aun no terminaba porque faltaba uno extenso de quimioterapia y radioterapia.

Yo inicié el proceso con mucha gente y colaborando con fundaciones. Cuando vi que algunos de mis compañeros de lucha estaban muriendo, me puse a pensar que no era algo tan sencillo como lo que yo pensé inicialmente, entendí que era algo muy delicado. En el proceso fui aprendiendo sobre la enfermedad.

¿Usted cree que quizá en aquel momento fue necesario tener más información sobre cáncer de mama?
Sí y no. Lo que sucede es que cuando la gente tiene demasiado acceso a la información, se asusta mucho. La gente entra a Google y la imaginación vuela. Recuerdo que el doctor me indicó cómo se iba a llevar el proceso y me dijo claramente que no busque más información. Lo que sucede es que cuando uno investiga se puede encontrar cosas terribles, como que existen mil tipos de cáncer y la verdad es que no todos son tan agresivos. Yo sabía lo que tenía que saber como el riesgo de desarrollar metástasis y que esto podría provocar la muerte pero no me preocupé por instruirme más de la cuenta con detalles técnicos. Yo le hice caso al doctor y le agradezco a Dios haberlo hecho porque probablemente sí me hubiera asustado al saber todo lo que podía pasar en el proceso. El estado de ánimo es muy importante en este proceso.

Entrevista completa y sin edición

¿En qué etapas podría dividir este episodio de su vida?
Creo que la etapa más crucial fue cuando yo me di cuenta que estaba muy enfocada en mí, en mi alimentación, mi estilo de vida, mi espiritualidad, etc. Pero un día estaba leyendo un libro que se llama “Una vida con propósito” y uno de los capítulos me marcó. Ese capítulo decía que si Dios o la vida permite que uno atraviese circunstancias difíciles es para utilizar ese dolor con el objetivo de impactar positivamente en la vida de las demás personas. En ese momento hice un giro y decidí que todo aquello que yo estaba viviendo tenía que servir para ayudar a otras personas y fue ahí cuando comencé a compartir testimonio y asistir a campañas. Nunca fui con peluca porque quería mostrarme tal cual estaba en ese momento. Es más gratificante dar que recibir y al ver que mi dolor estaba sirviendo para algo positivo, el proceso era más llevadero.

Yo me siento realmente bendecida por haber vivido lo que viví. Esto me permitió ver cosas que mucha gente no ve,  vivir la vida de una manera diferente, sentir las cosas de una manera más profunda. Cuando siento un rayo de Sol digo “¡Wow!” porque con quimioterapia uno no se puede exponer a los rayos solares. Antes del diagnóstico yo corría y tuve que dejar de hacerlo porque la quimioterapia produce cardiopatías. Recuerdo que la primera carrera que hice después del tratamiento me hizo llorar. Era una carrera de 8 kilómetros, la mitad en asfalta y la otra en la playa. Cuando iba en la segunda parte yo iba llorando mucho porque para mí, esa era mi maratón. Podía correr por mí misma y mis piernas respondían al mandato de mi cerebro. Era muy mágico verme corriendo por mí misma.

El tratamiento visible ante la gente duró un año que fue la operación (cuadrantectomía), la quimioterapia por seis meses y las 33 sesiones de radioterapia. Posterior a eso hay un tratamiento extenso. En mi caso me aplicaron dos bloqueador hormonales por tres y cinco años. Podemos decir que todo el proceso fue de seis años.

Cuando usted vivió momentos difíciles durante el tratamiento, ¿cómo se levantaba?
Tuve momentos de crisis cuando veía fotos de un año atrás en las que tenía el cabello largo o graduándome de la universidad y físicamente linda. Luego me veía en ese momento en el espejo sin cabello, sin uñas, sin pestañas, con sobrepeso y yo me preguntaba ¿qué me pasó? Además, había ocasiones que además de lidiar con la enfermedad, tenía que hacerlo también con la lástima de la gente. Es que el cáncer no solo involucra el tratamiento, hay mucho alrededor.

Entonces, cuando yo sentía muchas ganas de llorar, lloraba. Me encerraba en el cuarto a llorar por mucho tiempo, hablaba con Dios y cuando terminaba salía renovaba. Podía salir con los ojos hinchados pero con ganas de comerme al mundo otra vez. Yo siempre tuve claro que yo no era un cáncer, sino que el cáncer una etapa de mi vida que tengo que sobrepasar con valentía. Las condiciones nunca nos deben definir.

Uno tiene que saber con quiénes se comparten los momentos de debilidad. En mi caso fue mi familia, ellos estuvieron presentes en todo momento. Ellos eran mi centro y mi tesoro. 

¿Qué diferencia hay entre la Lussania del 2012 y la de hoy?
Hay muchas diferencias. Hoy vivo la vida mucho más agradecida. Agradezco porque me puedo levantar, porque puedo manejar, porque puedo hacer ejercicio, porque tengo un trabajo. Siento un agradecimiento verdaderamente profundo porque sé que todo es un regalo y que quizá mañana no esté. Sé que tengo muchos defectos pero soy consciente de ellos, cosa que hace años no era así.

¿Usted cree que tener una buena actitud ante la vida es bueno para la salud e incluso para evitar el cáncer?
Claro que sí. Aunque hay doctores que no han estado de acuerdo conmigo, muchos otros sí. Yo creo que usted y yo podemos estar expuestos a la misma cantidad de obligaciones, pero la manera en que cada uno canaliza el estrés es muy diferente. Puede que una persona haga todo lo que pueda durante el día y en la noche se acuesta a dormir para continuar al día siguiente, mientras que la otra persona puede tener afectaciones de sueño, mal humor, colitis, etc. A esta persona se le pueden bajar las defensas y enfermarse. Si las defensas se bajan, todo el mecanismo se altera. Por eso, todo está en la actitud.

¿Cuál sería el título de la portada de su biografía?
Creo que hay uno que es perfecto, lo leí en algún lado por lo que no es de mi autoría. El título sería “La batalla que no escogí”.

¿Cuál sería su mensaje y/o consejos para una persona que tiene cáncer o para la familia y los amigos de alguien que en este momento lo padece?
En el caso de las mujeres que tienen miedo de desarrollar cáncer de mama, les recomiendo que se hagan el autoexamen periódicamente pero no solo eso porque lo que se detecta en el autoexamen es “la punta del iceberg”. Mi recomendación es hacerse el autoexamen y el ultrasonido y, si tiene más de 40 años, hágase la mamografía también. Hay muchas cosas que son detectables cuando miden 1 centímetro, pero en cambio el ultrasonido puede detectar un montón de cosas mucho más pequeñas. Todo a tiempo es perfectamente manejable.

En el caso de las pacientes que están enfrentando al cáncer, les digo que deben tener una actitud positiva. Tengo totalmente claro que todos los casos de cáncer son completamente diferentes, pero también sé que está en nosotros echarnos a morir o tomar al toro por los cuernos y disfrutar de todas las bendiciones que Dios nos ha dado. No tengamos barreras para amar.

A quienes conocen a alguien que está pasando por un cáncer en este momento, no se alejen. Este es el problema más grande. Como algunos no saben cómo actuar o qué decir, se apartan porque es lo más fácil. Si la persona es cercana, un buen amigo por ejemplo, hay que estar para esa persona, visitarle, ver una película, tomar un café, darle un abrazo. Un mensaje de texto no es suficiente.

Yo perdí a mi mejor amiga hace exactamente un año. Ella tenía un cáncer primario de mama, duró limpia 10 años pero le regresó y le hizo metástasis en todo su cuerpo. Yo procuré estar ahí para ella todo el tiempo que pude. Yo no podía salvarla pero le pude dar todo mi amor.

¿Cáncer es sinónimo de muerte?
No, definitivamente no. Todo es cuestión de actitud porque a veces nos morimos emocionalmente cuando no tenemos una buena actitud.

Quiero decirle a la gente que todo es temporal. Las situaciones que estamos viviendo no nos definen, por lo tanto no somos un cáncer, un duelo o una pérdida. Somos el nombre que tenemos. Todo tiene un propósito perfecto, solo tenemos que relajarnos y hacer oro del barro que tenemos en ese momento. Todo es cuestión de actitud.

lunes, 14 de octubre de 2019

¿Tiene relación el cáncer de mama con el tratamiento de reemplazo hormonal?


Dra. Laly Brickler Calderón
Ginecóloga y Obstetra

Dentro de los avances que la ciencia médica nos brinda, en el abordaje investigativo sobre algunas patologías específicas, se arrojan datos muy importantes sobre las posibles implicaciones que podrían tener algunos tratamientos. Del mismo modo, estas investigaciones sirven para entender que lo que no se confirma en su proceso, no tiene que asumirse como una posibilidad real de que suceda. Esta es la situación que se da al vincular el Tratamiento de Reemplazo Hormonal (TRH) en las mujeres, con el cáncer de mama.


Hace aproximadamente 27 años se conformó un gran grupo de estudio para realizar investigaciones complejas con el fin de desarrollar publicaciones sobre estrategias de prevención de las enfermedades más frecuentes entre mujeres en edades postmenopáusicas. Se desarrollaron centros clínicos dedicados a realizar ensayos y estudios observacionales.  La idea era enfocarse en la prevención, primero por medio de una dieta baja en grasa para prevenir el cáncer de mama, el cáncer colorectal y la enfermedad coronaria. Luego se planteó el uso del TRH, pensando que podría tener el potencial de reducir enfermedades coronarias y cardiovasculares en general y así disminuir las incidencias de fracturas, pero con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de mama como posible efecto adverso. En sí, el objetivo era evaluar el riesgo versus beneficio de cada componente. 

El uso del TRH tenía como objetivo que el componente estrogénico bajara el riesgo de la enfermedad coronaria y fracturas relacionadas con osteoporosis. Pero debido a que las mujeres con útero tenían que utilizar el componente hormonal de la progesterona para contrarrestar los efectos a nivel endometrial del estrógeno, para así evitar el desarrollo de cáncer de endometrio, se cuestionaba si tenía el mismo efecto protector con la progesterona agregada.  El hecho de relacionar la llegada de la menopausia, con el riesgo de padecer enfermedad coronaria, fue reconocido durante la década de los 80´s. La menopausia tiene efectos sobre el perfil lipídico que aumenta desfavorablemente el metabolismo de la mujer al igual que aumenta la ganancia y la distribución de la grasa corporal que conlleva a un aumento en la presión arterial y otros riesgos cardiovasculares. El estrógeno estabiliza la densidad mineral, es decir, reduce la cantidad de fracturas entre mujeres postmenopáusicas, y su uso en el TRH está aprobado para prevención y tratamiento de la osteoporosis.


Según datos de la Women’s Health Initiative (WHI), en su primer estudio estadístico sobre el uso de TRH en mujeres de control, obtuvieron un cálculo de probabilidad de desarrollar cáncer de mama de un 4.56 (x 100). En los casos de mujeres con intervención con TRH, obtuvieron un cálculo de probabilidad de desarrollar cáncer de mama un 5.58 (x100).

En décadas previas, los médicos de Estados Unidos y Europa habían recibido muchos mensajes contradictorios y negativos con respecto a la seguridad del uso del TRH.  El potencial efecto adverso que mayormente genera preocupación es la posibilidad del riesgo aumentado de desarrollar cáncer de mama con el uso prolongado de estrógenos.  Los estudios realizados en estos años han demostrado una elevación modesta y consistente con respecto al riesgo de tener cáncer de mama y el tiempo de uso de estrógenos.  Aunado a esto, una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de mama al utilizar progesterona a la vez. Sin embargo, en esta época la información y las fuentes parecían presentar inconsistencias.  

Por su naturaleza, el estudio de la WHI ha sido uno de los estudios más complejos que se ha desarrollado.  El estudio investiga varias enfermedades y se diseñó con múltiples componentes tanto a nivel de ensayo como a nivel observacional. Un grupo de investigación tan grande enfrenta continuamente obstáculos entre participantes y también a nivel de lograr una comunicación rápida y eficaz. Una gran cantidad de criterios sobre los beneficios y los riesgos en el uso del TRH han estado presentes durante los últimos 45 años. En este tiempo, se ha evolucionado en la escogencia de preparaciones y dosis del TRH. El incremento del uso del TRH y lo complejo que puede ser tomar la decisión de iniciar el tratamiento y continuarlo, ha sido motivo de un fuerte debate, tanto así como para llevar a cabo un estudio de tamaño suficiente y duración adecuada para valorar detallada y cuidadosamente los verdaderos beneficios y riesgos de uso implementación.

Diez años después de la publicación del primer reporte del WHI, una disminución substancial en el uso del TRH se ha observado a nivel mundial. El estudio llevó a que muchas mujeres decidieran no utilizar el TRH o buscar tratamientos alternativos con menor eficacia. Esto justamente para evitar el riesgo de padecer una patología como el cáncer de mama.

Actualmente, muchas publicaciones científicas y en la misma prensa se ha enfatizado en el riesgo relativo de desarrollar cáncer de mama por el uso del TRH, pero no se ha indicado un riesgo excesivo de adquirirlo.  Desde el reporte original de la WHI, se han identificado nuevos factores de riesgo para padecer cáncer. Aquí es donde se tiene que valorar la información actual sobre el riesgo excesivo demostrado hoy día, con el riesgo relativo o absoluto. Una perspectiva balanceada de riesgo excesivo determinado por datos actuales sugiere que los beneficios del TRH para la calidad de vida de la paciente, puede aumentar los posibles riesgos de tener cáncer de mama en el manejo de síntomas y otras comorbilidades que se pueden dar en etapas postmenopáusicas.
  
Hay evidencia de  mujeres que han usado anticonceptivos toda su vida y además se sometieron al uso de TRH, pero nunca desarrollaron cáncer de mama. Aun así, algunas mujeres han quedado con la duda y, para evitar riesgos, deciden no entrar en un proceso de sustitución hormonal, sin tomar en cuenta los verdaderos riesgos en los que se podría incurrir con esta decisión.

Entonces, ¿por qué es importante llevar a cabo un proceso de cambio hormonal cuando la mujer llega a la menopausia? En este proceso, según la situación de la paciente, se aplican estrógenos y progesterona. El beneficio principal de este proceso es que ayuda a prevenir serios padecimientos en un futuro no muy lejano como osteoporosis, enfermedades del corazón, enfermedades cognitivas como es el Alzheimer, entre otros.

Se ha demostrado que hay una mayor incidencia de este tipo de enfermedades en mujeres mayores de 50 años que no utilizaron  sustitución hormonal al momento e incluso unos años antes de experimentar la menopausia. En este punto es muy importante mencionar que el momento de llevar a cabo este procedimiento debe ser muy específico ya que el provecho del tratamiento se pierde si se realiza años después de la menopausia donde ya se ha desarrollado daños. 

El TRH únicamente no se recomienda en mujeres que han tenido cáncer de mama previamente o que tienen antecedentes familiares de primer grado de consanguinidad. En este caso aplican también las mismas contraindicaciones de los métodos anticonceptivos, como son enfermedades tromboembólicas, como trombofilias, enfermedad cardiovascular ya existente con alteración en su perfil de lípidos, una hipertensión arterial descontrolada entre otros. Del mismo modo, es importante añadir y puntualizar que no existe ningún estudio que pueda vincular directamente la aparición de cáncer de mama en mujeres que usan algún tipo de anticonceptivo.

Mi recomendación es que si la paciente no presenta ninguna contraindicación como las que previamente se han mencionado, yo personalmente recomendaría utilizar el tratamiento de reemplazo hormonal. La incidencia de muertes por accidentes cardiovasculares en mujeres después de los 50 años es muy elevada y esto sucede, en gran medida por la perdida en la protección cardiovascular que nos proporciona los estrógenos al igual que nos da protección a nivel cognitivo y óseo.

Principios elementales básicos de prevención y diagnóstico
Para abordar este tema, es importante mencionar algunas consideraciones importantes sobre el cáncer de mama. Lo primero es que si una paciente se realiza un autoexamen de mama y detecta algún tipo de bulto, esto no significa necesariamente que exista cáncer. Aun así, los profesionales en medicina siempre vamos a partir del hecho de que existe una posibilidad y nos enfocaremos en descartar la enfermedad como primera opción. Para el análisis, vamos a tomar en cuenta la edad de la paciente, los antecedentes familiares que pudiera tener y otros factores de riesgo específicos. Muchas mujeres que sientan algún tipo de abultamiento o cuerpo extraño en el autoexamen de mama especialmente menores de 40 años no deben entrar en pánico porque la gran mayoría no llegan a ser cáncer de mama, ni tampoco se puede dejar así sin consultar al ginecólogo por lo menos anualmente para una revisión en general. 

Existen varias lesiones benignas que se pueden presentar en las mamas como quistes benignos o fibroadenomas que no tienen relación con cáncer de mama. Estas son masas que en algunas pacientes incluso jóvenes de 25 años se pueden presentar de manera recurrente y se pueden retirar con una pequeña intervención. Aun así, una vez estudiada en conjunto la paciente con su ginecólogo se debe de valorar que tanto una lesión benigna puede resultar molesta ya que puede aparecer de forma repetitiva y llegar hasta tener la mama con cicatrices múltiples por sus constantes retiros. Estas lesiones aparecen con mayor frecuencia en mujeres jóvenes que están saliendo de la adolescencia y que pueden rondar los 30 años. Depende mucho si la mama es muy fibrosa con patrón fibroquístico –tendencia a generar fibromas, por lo que no se descarta que se presenta también en pacientes de edad más avanzada.

En general, se recomienda que las revisiones para detectar eventuales escenarios de cáncer de mama, si fuese necesario, inicien antes de los 40 años con ultrasonido y a partir de los 40 años con mamografía y si es una mama fibrosa se debe complementar con un ultrasonido. Esto lo definimos en consulta valorando la fibrosidad de la mama y con la evaluación radiológica que se hace a la hora de que el especialista en radiología hace el reporte.

Sin embargo, cuando hay antecedentes familiares, el procedimiento cambia de acuerdo a la situación específica de la paciente. Por ejemplo, se recomienda hacer el primer ultrasonido con o sin mamografía tomando como referencia de 10 años antes a la edad premenopáusica en la que la familiar de la paciente fue diagnosticada con cáncer de mama.  Si a una mujer se le diagnosticó cáncer de mama a los 35 años, su hija debería hacerse su primer examen a los 25 años.

Factores de riesgo
Además de la historia clínica familiar, aspecto que será siempre muy importante para tomar en cuenta cuál es la edad en la que se debe iniciar un seguimiento médico, especialmente en los casos en los que el cáncer se presentó previo a la llegaba de la menopausia, alrededor de los 50 años. En este último caso, el riesgo es mayor.

Existen otros factores que se deben tomar en cuenta como la decisión de algunas mujeres de no dar lactancia materna. Esto se ha convertido en una tendencia últimamente. También se pueden mencionar hábitos no saludables como el tabaquismo o el consumo de alcohol. Existen muchos factores de riesgo que nosotros evaluamos en consulta, es por este motivo que cada caso se tiene que valorar de forma individual.

Existe un examen bastante preciso llamado BRCA 1 y 2 que son genes que producen proteínas supresoras de tumores, tiene una aproximación estadística del 72% con una mutación dañina en el BRCA 1 y 69% en el BRCA 2. Con este examen se puede determinar la posibilidad genética que tiene una mujer para desarrollar cáncer de mama y también de ovario. Este es un examen bastante costoso porque las muestras se envían a EEUU para su análisis. La CCSS tiene un protocolo estricto y específico para llevarlo a cabo en pacientes con un alto grado de riesgo de padecer de cáncer de mama. Sin embargo, al no brindar una certeza del 100%, siempre es necesario acudir a consulta para realizar las revisiones periódicas.

Mastectomía voluntaria como método preventivo
Recientemente, se conoció el caso de Angelina Jolie, actriz estadounidense, de quien se determinó que tenía una mutación genética que le daba un gran porcentaje de posibilidades de desarrollar cáncer de mama. Ella decidió voluntariamente quitarse las dos mamas.

En general, los profesionales especialistas en esta área de la medicina sugieren extirpar solo el tejido comprometido con cáncer y los márgenes alrededor de tejido cancerígeno. El objetivo es conservar la mayor cantidad de mama posible ya que no se ha podido demostrar que realmente en ninguna población que desarrolle esta práctica, mejore significativamente su calidad de vida. Sin embargo, la extirpación total de la mama es también una decisión de la paciente, aunque esto no la exime de realizarse exámenes con cierta periodicidad.

Se ha comprobado que en el caso de una metástasis del cáncer de mama, los órganos más afectados son los huesos, el cerebro y el hígado. Es en este punto en el que me gustaría mencionar que los estudios que afirman que es mejor dejar el tejido mamario deberían revisarse un poco más a profundidad en su muestra para tener un criterio más amplio y aplicable a distintos entornos. Pero, en todo caso, es decisión de la paciente si se realiza o no un procedimiento más invasivo.

Discusión
“Las mujeres que utilizan TRH al inicio de la menopausia tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mamá invasivo que mujeres que aparentemente nunca utilizaron TRH”.

Si se utiliza por un año o menos el riesgo es prácticamente insignificante, pero si se utiliza por 5 años o más, sí aumenta la probabilidad.  El riesgo es de 50% durante los primeros 5 años de uso y el otro 50% es durante los siguientes 15 años de uso posterior al dejar el TRH.
 
El incremento de riesgo es de 1 mujer de cada 50, si utiliza la combinación estrógeno y progesterona diariamente.  Si utiliza estrógeno diario y progesterona intermitentemente, el riesgo es de 1 mujer de cada 70.  Si utiliza estrógenos solos, el riesgo es de 1 mujer de cada 200.  Al llegar a una edad de 70 años libre de cáncer de mamá, la probabilidad de padecerlo es sumamente baja. Finalmente, podemos concluir que hasta el momento, el uso de la progesterona aumenta el riesgo de cáncer de mamá en mayor frecuencia que el estrógeno solo. Aun así, se debe valorar las principales causas de muerte y el estado de salud actual de cada paciente para que, partiendo de eso, se pueda determinar el riesgo-beneficio de su uso.

¿Cómo influye el estado de ánimo con respecto al cáncer?
El estado de ánimo va a influir significativamente porque tiene afectaciones a nivel hormonal, en la alimentación, o en un estado inmunológico debilitado. La depresión que se puede generar a raíz de alguna situación personal o de vivir con cáncer puede ocasionar disminución de peso, caída del cabello, brotes en la piel e incluso desórdenes en la menstruación. Por lo tanto, un mejor manejo de situaciones de estrés, impacta directa y positivamente en la salud de los seres humanos.

En conclusión, el aumento a nivel mundial en la incidencia de cáncer de mama ha sido un tema controversial.  La variación del tamizaje con mamografía de país a país, y la mayor conciencia poblacional con relación a factores de riesgo, en conjunto con cambios en estilos de vida a estilos más saludables, hace difícil distinguir si realmente hay un factor de riesgo de potencial mayor en la etiología de su desarrollo.

Contacto
Email: dra.lalybrickler1@gmail.com

jueves, 3 de octubre de 2019

Desayuno y merienda infantil, su importancia y opciones saludables


Dra. Laura Castro, CPN 2339-17
Centro de Nutrición y Bienestar
Una alimentación variada y equilibrada durante la infancia y la adolescencia no solo implica la inclusión de todos los grupos de alimentos y en las raciones recomendadas, sino que también está ligada a unos hábitos de vida saludable. Entre estos últimos, cabe destacar un correcto reparto energético dividido en cinco comidas a lo largo del día, y entre ellas la más importante, el desayuno.

En este sentido, la distribución de la ingesta diaria de alimentos a lo largo de cinco momentos del día (desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena) permite que los niños tengan un reparto uniforme de energía y nutrientes, acortando los periodos de tiempo que pasan sin ingerir alimentos, llegando a la próxima comida con menos apetito, garantizando el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre y evitando así el consumo de las reservas propias del organismo, y mejorando su rendimiento académico.
El hábito del desayuno es importante en todas las etapas de la vida. Pero especialmente durante la niñez y la adolescencia, ya que trae los siguientes beneficios:
        Mejora el rendimiento escolar y capacidad de concentración y atención.
        Ayuda a controlar el peso corporal.
        Previene la deficiencia de hierro, un mineral imprescindible para el correcto funcionamiento y desarrollo del organismo.
        Contribuye a la construcción de la familia.
        Reduce el riesgo de hipoglicemias y fatiga.
Tanto la merienda de la media mañana como la merienda de media tarde, deben representar, cada una de ellas, el 15 % del aporte energético diario total, pero lo ideal es que esas calorías provengan de alimentos con un elevado contenido en vitaminas, minerales y proteínas, las cuales contribuyen al crecimiento y mantenimiento de la masa muscular. La fruta, los lácteos y los cereales no deben faltar en la merienda, además es una buena opción para completar las raciones diarias recomendadas de estos alimentos.

Claves para una merienda saludable
Que sus hijos merienden no es suficiente, deben merendar de forma saludable y para ello debe conocer qué alimentos son los más recomendables y educarles en una dieta saludable.
Para empezar, no se recomiendan snacks, refrescos o bollería industrial por sus elevados niveles de grasas saturadas y su reducido aporte nutricional. En todo caso deben ser esporádicos.

Para que obtengan los nutrientes necesarios y teniendo en cuenta además que las costumbres que se adoptan en la infancia se conservan en el futuro, le recomendamos a continuación cuáles son las mejores opciones de merienda para sus hijos:

1.     Lácteos: los niños pueden tomar de 2 a 3 productos lácteos al día según la edad que tengan, aunque se recomienda sobre todo la leche y los yogures, además de limitar aquellos lácteos más ricos en grasas saturadas.
2.     Cereales: optar por un sándwich de, por ejemplo, jamón de pavo o pollo bajos en grasa. El pan blanco – y especialmente del que no tiene bordes-, es un alimento procesado y por su perfil nutricional, es menos recomendable que el pan tradicional. Además, si nunca han tomado hidratos de carbono integrales es aconsejable habituarles a hacerlo durante la merienda. De este modo, se mejoran los niveles de colesterol, triglicéridos y disminuye el riesgo de diabetes.
3.     Frutas: enteras y crudas, para aprovechar al máximo su fibra, vitaminas y minerales. También son recomendables los zumos de fruta naturales –aunque en menor medida que las frutas enteras- y sería mejor evitar los zumos envasados. El acompañar las frutas de mantequilla de maní, almendras o granola y avena, potencia la calidad nutricional de la misma.

Por otro lado, además, también es aconsejable que los niños no merienden frente a la televisión, el ordenador o la tablet. 

De este modo, recuerde que debe dar a la merienda de sus hijos tanta importancia como a cualquier otra comida del día. Así, asegúrese de que lo que comen para merendar es saludable y les aporta todos los nutrientes que necesitan. Si les acostumbra, conservarán el hábito cuando sean mayores y gozarán de mejor salud.
INFORMACIÓN:

Centro de Nutrición y Bienestar 
TEL: 4081-1353
Redes sociales Facebook e Instagram: @soycnb

martes, 1 de octubre de 2019

Librería Lehmann abandonó de forma definitiva el edificio de Avenida Central

Richard Ordoñez Uribe
Revista SOMOS CR

En medio de una evidente nostalgia, el día de ayer en horas de la tarde, se llevó a cabo un acto de clausura del acceso al edificio emblemático de la Avenida Central que Librería Lehmann ocupó por espacio de 103 años.

Este acto estuvo a cargo de don Antonio Lehmann Gutiérrez, Gerente General, quien previo a dicho cierre hizo un recorrido con la prensa por lo que fue la casa principal de la empresa por más de un siglo. "Hagamos juntos este último recorrido porque será también el mío", indicó previo a subir al segundo piso del dicho edificio para mostrar lo que fue la Cafebrería y las oficinas que por años estuvieron a cargo de los administradores del negocio.


"Esto es como cuando usted está enterrando un pariente, es un dolor muy grande porque por aquí pasaron miles de personas y le dimos trabajo a muchísimas otras. Ciertamente es lamentable que esto se cierre hoy. Son pocas las empresas y los edificios que han estado activos por tanto tiempo de forma ininterrumpida. Solo esperamos que los nuevos inquilinos respeten el valor histórico y cultural que tiene este lugar. Por un lado hay mucha tristeza pero por el otro está la certeza de que se hizo todo lo que se pudo por tener este edificio como se merecía", comentó don Antonio ante la pregunta de cuál era el sentimiento que lo embargaba en ese momento, viendo cómo desprendían la alfombra de hule que recibió a miles de clientes por tantos años.

Posteriormente, se procedió a poner la última pieza del boquete que unía el edificio histórico con el que tiene su entrada por Calle 3. Del mismo modo, se procedió a reunir a los colaboradores en ese lugar para tomar foto simbólica que pretendió demostrar que, a pesar de las circunstancias que hoy enfrenta la empresa, su grupo de trabajo se mantiene fuerte y unido.


"Esto se llegó a convertir en un cáncer y yo preferí que me lo extirparan a seguir viviendo con él. Tenemos que seguir adelante con los recursos que tenemos. Este es el cierre de una situación que tiene más de dos décadas de historia. Nosotros decidimos salir de esta instancia, fue una decisión responsable", añadió don Antonio.

Varios de los colaboradores e incluso el mismo don Antonio vivieron un momento de unión pero también de mucho sentimiento que finalizó con el cierre definitivo del acceso del emblemático e histórico edificio de Avenida Central, y con la promesa de "seguir adelante, de reinventarse y seguir haciendo historia".

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