"El optimismo es la fe que conduce al logro, nada puede realizarse sin esperanza", Hellen Keller.
El ser optimista es una característica que nos pertenece a todos si así lo deseamos, pero al mediar entre los acontecimientos externos y la interpretación personal, hace que muchas de nuestras circunstancias entre ellas las que nos retan o nos son difíciles de afrontar se miren desde una óptica de pesimismo generando pensamientos exagerados y obsesivos que nos desgastan en lugar de nutrirnos positivamente. Y esta creencia fatalista limita alcanzar altos niveles de satisfacción personal.
Hay que desaprender para aprender una nueva manera de vivir la vida. Y ante esta nueva realidad, es necesario trabajar en una mentalidad de cambio que nos direccione a la potencialización. Comencemos por el autoconocimiento, este punto de partida nos ayudará a emprender la vida con dinamismo, perseguir nuestras metas con confianza, ser persistentes ante los retos y perseverantes ante posibles dificultades que en el camino existan.
El optimismo nos permite encontrar ventajas, soluciones y posibilidades para cambiar el enfoque de una situación por menos esperanzadora que la veamos.
El único tiempo que podemos manejar es el presente. El aquí y el ahora.
Les dejo algunas claves que nos pueden ayudar a calmar la mente y ser más optimistas
1. Poner atención al presente: "estoy aquí y ahora".
2. Practicar la respiración consciente.
3. Constancia, deseo y determinación por estar mejor. ¿Qué cosas te hacen sentir bien?
4. Donde está tu mente, está tu energía y atención, enfócate en la acción y en el resultado que deseas.
5. Revisar la calidad y las producciones de nuestros pensamientos.
6. Bajar la velocidad para encontrarnos con nosotros mismos, ¿para dónde vas con tanta angustia?
7. Meditar y orar.
Dra. Kimberly Santamaría Díaz
Psicóloga humanista con énfasis en logoterapia
Celular: 8830-1425 | Correo: transmutacr@gmail.com
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