El mundo está en constante cambio, y del mismo modo el mercado laboral también está en continua evolución. Ha habido un notable cambio en el modo de presentar un currículum o de realizar una entrevista de trabajo, siendo cada vez más las empresas que evalúan a sus candidatos prestando especial interés en las habilidades sociales o profesionales de éstos.
Se puede hablar de habilidades sociales, profesionales o personales y dentro de éstas un seleccionador dará más importancia a unas u otras dependiendo del tipo de puesto al que aspire el candidato. En el ámbito laboral son más relevantes las habilidades sociales y profesionales, de las cuales hablamos a continuación.
Las habilidades sociales son las conductas o actitudes de una persona a la hora de relacionarse con su entorno. Su importancia se debe a que favorece el rendimiento en el trabajo, es decir, una persona con buenas habilidades sociales lleva a cabo sus funciones de manera más eficaz. Algunas habilidades sociales son:
- Empatía
- Liderazgo
- Flexibilidad
- Capacidad de trabajo en equipo
- Escucha activa
- Autoconfianza y optimismo
- Persuasión
- Capacidad de comunicación
Por otro lado, están las habilidades profesionales, las cuales te permiten destacar como profesional y demostrar los conocimientos específicos de la profesión; éstas se van adquiriendo y mejorando con el tiempo. Algunas habilidades profesionales son:
- Trabajo en equipo
- Capacidad de adaptación
- Negociación
- Control del estrés
- Racionalización
- Capacidad de comunicación
- Innovación y creatividad
- Iniciativa y toma de decisiones
De manera global, podríamos decir que existen determinadas habilidades que son valoradas en general por todos los seleccionadores. Estas serían algunas de ellas:
- Creatividad e innovación: se valora un profesional que aporte ideas y busque nuevos caminos para la empresa, más allá de lo que hay implantado previamente.
- Capacidad de trabajo en equipo: el profesional debe ser una persona abierta, con facilidad para crear lazos con sus compañeros y trabajar juntos persiguiendo objetivos comunes.
- Adaptabilidad: capacidad para adaptarse a posibles cambios en el entorno, enfrentándose a nuevos retos tanto personales como empresariales.
- Flexibilidad: Ser capaz de desempeñar diferentes tareas dentro de la empresa, adaptarse a cambios de horarios o a diferentes situaciones que puedan presentarse con el tiempo.
- Experiencia: haber desempeñado funciones en puestos similares, será muy positivo para el nuevo empleo.
- Flexibilidad geográfica: Estar dispuesto a desplazarse si fuera necesario, tanto de manera ocasional, como de manera permanente a otros lugares.
- Capacidad de organización: marcándose objetivos y una planificación para el desarrollo de su trabajo.
- Conocimientos técnicos: además de los conocimientos teóricos, es muy importante que el candidato conozca las herramientas y métodos de trabajo.
Información cortesía de emagister.com
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